En la columna mensual, nuestro socio fundador Rafael Gomez Eng nos platica sobre los resultados de las elecciones presidenciales, partidos políticos y la composición de las cámaras. Un texto que invita a la reflexión sobre el rol de los ciudadanos en los próximos años.
Hoy no quiero hablar de lo que pasa en el mundo, porque lo que pasa en nuestro mundo me es más relevante. La aplastante victoria de Morena en las pasadas elecciones del 2 de junio pasado nos dejó conmocionados a un tercio de la población mexicana. Lo que esperábamos con mas ilusión que realidad, una batalla más reñida, que no se lograran las mayorías calificadas en las cámaras, y que si Xóchitl perdía, sería por poco margen. Nada de eso ocurrió. Sí pasó en cambio, un abrumador referéndum a AMLO a través de sus candidatos encabezados por Claudia Sheinbaum.
Denuncias de fraude, de elección de estado y muchas más marrullerías no se hicieron esperar. Sin embargo, aún quitando todas esas acciones y circunstancias, el resultado de la elección no cambia, y el golpe de realidad que nos llevamos no ha terminado todavía de ser asimilado por muchos, principalmente porque no sabemos entender al grueso de la población que votó por Morena. A esa gente a la que Andrés Manuel se dirigió todos los días a hablarles de lo bien que vamos y de lo malo que somos los conservadores, sus adversarios y enemigos, corruptos oligarcas del pasado.
Esos, que recibieron dádivas, apoyos, puestos de trabajo, influencia para hacer negocio y muchos más etcétera, salieron a la calle a decir que quieren seguir recibiendo sus regalos, que no les importa que los hijos del presidente sean acusados de corrupción e influir para hacer negocios (todos los hijos de los presidentes lo hacen); que no importa que no haya medicinas (el IMSS
siempre ha sido muy ineficiente), que se hayan gastado cantidades enormes en proyectos que no servirán (todos los presidentes quieren dejar su legado; el tren y el aeropuerto están muy bonitos y la refinería algún día funcionará) y etcétera.
Cómo no iban a votar por él, cuando se encargó de convencerlos que se solidariza con ellos. Que incrementó el salario mínimo de $88.36 en 2018 a $248.93 en 2024 ($374.89 en Zona Fronteriza). Muchos de nosotros, los “fifis”, decimos que ese aumento no fue más que solo una referencia ya que “nadie gana el mínimo”. Pero eso es en nuestra zona y en nuestro entorno. Una gran cantidad de asalariados ganaban el mínimo en diferentes partes del país y ese aumento llegó directo a sus bolsillos. Y las pensiones para allá van. Y ¿saben qué? Lo peor de todo es que los que pagamos esos aumentos somos nosotros, los empresarios. Pero de nuevo, no sabemos entender a esa gente y menos comunicarnos con ellos.
¿Y los partidos políticos? Una bola de rateros corruptos a los ojos de la mayoría de la población. ¿Cómo iban a votar por esa coalición? Por ello, el refrendo a AMLO.
Un tema importante aun abierto es la sobrerrepresentación en cámaras que lleva a Morena y aliados a una mayoría de 74.6% en la cámara de diputados, con solo el 54.7% de votos y al 64.8% en el Senado, con el 55.1% del voto. Y esto, porque la constitución impone límites a los partidos y no a las coaliciones. Por ello, yo le digo al presidente, al INE y a los que defienden que esta injusticia para que no prospere, en las propias palabras del presidente: “que no nos vengan conque la ley es la ley”, “que la justicia no siempre está en las leyes” y “que el pueblo sabio habló”. ¿Y qué dijo? Que solo tienen el 60% en ambas cámaras.
¿Qué espero hacia adelante? Con independencia de la volatilidad que estamos experimentando en los mercados en estos momentos, la gran pregunta es el qué hará Claudia una vez que tome posesión. Yo no tengo duda de que más temprano que tarde se deberá separar de la retórica de Andres Manuel. ¿Qué tan “de izquierda” actuará? No creo que sea extrema, no tiene espacio político (por nuestra cercanía a USA) ni económico. Más bien creo que tiene una gran oportunidad de tomar el rumbo adecuado, de llevar a México hacia un estado sostenible. Que priorice el combate a la impunidad y la mejora en la educación, que son los graves males que padecemos.
No pienso que los actuales partidos políticos de oposición sean los que van a lograr sacar a Morena del poder. Deberá ser la sociedad civil, organizada políticamente y liderada por gente preparada y comprometida por el bien del país quien lo haga. ¿Cuándo? Espero que no dentro de mucho tiempo. Que este golpe de realidad nos lleve a ello.
Rafael Gómez Eng
13 de junio del 2024
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